De regreso, en forma
Después de unas largas vacaciones llenas de sucesos, estamos listos para resucitar a Sound Gymnastics. ¡Perdón por la ausencia! Tengo mucha (muchísima) música por compartir, así que esperen una gran actividad en estos días. Pero empecemos con un tono serio:
Okkervil River es uno de esos grupos que enganchan desde un inicio. Sus discos conceptuales incluyen letras fantásticas, pasan por grandes momentos melodramáticos y están secuenciados de manera que te transportan de una tristeza profunda a una efímera redención, pasando por varias emociones en el camino. No obstante, su música no es inmediata: toma algo de tiempo pasar del "me gusta" al "es una de las mejores obras jamás creadas por el ser humano". Yo recientemente llegué a esta última etapa con su Black Sheep Boy. A pesar de que este disco fue lanzado en 2005, no es hasta ahora que ha ganado exclusividad en mi reproductor de discos, mis oídos y mi alma.
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